Aún recuerdo aquella noche
fuimos los reyes de Cádiz.
Ay mi niña gaditana, yo miraba tus sacáis,
y en su brillo pude ver, ayyy
el cielo de Cádiz encendío
y del poniente que soplaba con tronío,
no sentimos, ni ese frío.
La viña, la catedral, y sin dejarte de mirar,
en el balcón de la Alameda
la luna iluminando nuestros miedos
y tu cara, ayyy
mi mundo entero,
tú eres tan gaditana que te quiero.
Llévame, llévame, ay llévame,
y en esa calle tan marinera
por testigo el faro y la marea
nos dimos la mano.
Y postrado ante esa puerta tan cerquita de mi reina
yo soñé que mi palacio era aquella cárcel vieja.
Ay mi niña llévame, al Barrio Santa María
que dicen, que dicen que por sus calles se ve
reflejada en la pared la sombra de un tal Greñuo.
Y quiero yo pedirle por los dos,
que se pare el mundo esta noche,
que se pare el mundo esta noche
porque aquí lo tengo to.
domingo, 8 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario